viernes, 25 de marzo de 2011

CAPÍTULO 2.

Solo veía una figura borrosa.
Según mejoraba mi vista, descubrí que era Eric, y estaba durmiendo sentado en una silla.
Yo estaba en una habitación pequeña, con las paredes blancas y una pequeña ventanita desde donde se veía el sol del atardecer y estaba tapada por una larga cortina marrón clarito.
Había una mesita de madera y una especie de armarito cerrado con candado.
Pestañeé un par de veces mientras recordaba todo lo que había pasado.
Cuando lo recordé todo no pude evitar suspirar. ¿Dónde estaba?, ¿Qué me había pasado? y ¿Por qué me pasaba a mí?
Eric eligió ese instante para despertarse, y se sorprendió al verme despierta.
-¿Carina?, ¿Estás despierta?-Preguntó, aún medio dormido.
Pues claro que estaba despierta, ¿o es que ahora la gente dormía con los ojos abiertos?
-Sí, estoy despierta.-Dije con voz áspera. Tenía la garganta seca.
Eric asintió distraídamente mientras se pasaba una mano por el pelo dorado.
-¿Qué recuerdas?-Preguntó finalmente, rompiendo un incómodo silencio.
-Que era el primer día de clase y tú eras nuevo, de pronto estaba muriéndome, y momentos después estaba con un monje que me había dado una bebida asquerosa.-Resumí de mal humor.
Asintió.

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