martes, 25 de noviembre de 2014

No hay mayor marea que la de hacerme reír.


A veces es mejor recordar que un nombre tachado a tiempo, puede salvar muchas vidas. Las mías. Las siete. Que el tiempo es de llamar a la puerta, pero a mí me va eso de echar la llave e ir cambiando la cerradura. Que aquí solo entra quien yo invite. Y tú no estás en mi lista. A veces es mejor recordar que si la suma no despejaba la incógnita, es que la X soy yo. Y que tú sobras. Y que las variantes sí alteran el producto. Porque a mí me da la gana. Y me altero yo.

Y

No

Hay

Razón

Para

Que

Me

Calmes.

Que ya le he aullado más veces tu nombre a la luna, y he desgarrado las de los coches, que más vale pájaro en mano que MIENTO volando, y es que te miento si te digo que no tengo ciento y una razones para quedarme, escritas en tinta fresca a modo de lunares, rayando de forma sabia los lazos  que nos unen. Y las excusas me suenan flojas si te digo que no vuelvas a llevarme, de la mano, a contar los besos que se dan por cada semáforo que se pone en rojo, que yo no te escojo, pero te digo, que si sigues con tus vértigos, no naufragues en mis ojos.

Que

No

Hay

Mayor

Marea

Que

La

De

Hacerme

Reír.


martes, 18 de noviembre de 2014

Pedacitos de mí.

Cada día somos más los cinéfilos que, cansados de los puntos y final que ponen los guionistas, acabamos pasándonos al mundo de las series. Y digo mundo porque lo es. Un universo repleto de horas y horas que pasamos frente a la pantalla del ordenador, con los cascos rodeándonos la cabeza, y sumergidos en vidas ajenas que, por extraño que pueda llegar a sonar, a veces consiguen que cojamos las riendas de nuestras propias vidas con más empeño si cabe. Irónico, ¿no? Un buen fan de las series, sabe lo que éstas pueden dejarle. Lo que pueden hacerle cambiar su forma de ver las cosas, o, simplemente, lo que pueden llegar a entretenerle. A mí me van mucho. Las series, digo. Esa indecisión de si poner un capítulo más o dejarlo para alargar la intriga. Eso de enfadarte, reírte, sorprenderte... Pasas años y años con los mismos personajes, y al final son ellos los que acaban siendo un poquito parte de ti. Y te dejan frases que marcan. A las que te aferras. Dejadme que os enseñe un rinconcito de mí.




-"Imagination is more important than knowledge". Einstein. Pero, de los labios de 'Stiles', suena mucho más cercana y  sencilla de comprender. Hace ya algún tiempo que sigo esta serie, tan típica, tan adolescente, que, a veces, puede llegar a echar para atrás. Teen Wolf. Empecé a verla por recomendación, y porque la carita de Dylan O'Brien era razón más que suficiente para darle una oportunidad a esa serie que se me atragantaba. Acabé quedándome por su increíble forma de actuar, por mi Tyer Hoechlin y porque Holland Roden hace perfectamente de Lydia. De esta serie me quedo con dos frases, la ya mencionada, que siempre viene bien recordar en época de exámenes, y "if you're going through hell, just keep going". Winston Churchill, citado por Bianca Lawson. Creo que todos la conocéis, es esa actriz que entra y sale de casi todas las series, véase como ejemplo Pequeñas Mentirosas, Crónicas Vampíricas e incluso American Horror Story. Supongo que es una frase que se me ha quedado, porque todos hemos pasado por momentos así. En los que las cosas no salen tan bien cómo nos gustaría, y no sabemos cómo solucionarlo. En esos momentos en los que tropezamos y perdemos el equilibrio, lo único que tenemos que hacer es levantarnos y seguir. Seguir siempre adelante. Y las cosas cambiarán.

-"It's because you're strong, you just haven´t realised it yet". Finn. Mi Finn. Diciéndole a una de las personas más frágiles de la serie, que es fuerte. Que puede con todo. Que eso, es lo que más le gusta de ella. Que ve más allá de las apariencias, y  de los estúpidos prejuicios. Ella, Rae, es fuerte. Y, poco más importa que eso. Esta serie llegó a mí por casualidad hará ya unos dos años creo. My Mad Fat Diary. La empecé a ver porque las series británicas me llevan de cabeza, casi tanto como esos acentos que podría pasarme horas imitando. Leí sobre ella en Twitter, ya que la actriz Freya Mavor la recomendaba. La encontré en YouTube. Apreté el Play. Le di una oportunidad, y la verdad es que no me arrepiento en absoluto. Es una serie entretenida, pero como todas las series británicas que he visto del canal E4, busca algo más que el mero entretenimiento. Busca la reflexión, el verte identificado en esas personas que son tan diferentes de ti. Busca romper lo prejuicios, y ver un poquito más allá.
Y, la verdad, es que lo acaba consiguiendo totalmente. Y nos hace darnos cuenta de que, en verdad, nosotros también somos un poquito así, como Rae. Sólo necesitamos que alguien nos diga que somos fuertes, para realmente serlo.

-"In the face of true love you just don't give up". Todas aquellas personas que han visto alguna vez en su vida Gossip Girl, se habrán quedado con Ed Westick en su papel de Chuck Bass. Y habrán escuchado mil veces ese "I'm Chuck Bass". Y se habrán quedado prendadas de sus frases, y sus actuaciones, y sus guerras internas, su relación con Blair,  y todos esos tira y afloja que habremos vivido todos varias veces. Hay muchas frases anecdóticas, momentos que se quedan en nuestras memorias, pero yo me quedo con esto. Con Chuck, en el discurso de la boda de su padre, admitiendo casi por primera vez lo que siente. Y en lo que se basan las otras cinco temporadas, para acabar de la única manera posible, o la única que el fandom aceptaría. Porque cuando vale la pena, no te rindes. Cuando sabes que vale la pena, luchas por ello. Y lo consigues.

-Y, para terminar, voy a nombrar a mi serie favorita. La cual está, y va a estar siempre, por encima de todas las demás para mí. Sé que no soy objetiva, pero tampoco pretendo serlo. Cualquier persona que me conozca un poco, sabrá que estoy hablando de Skins. Tanto de Skins en sí, como de Skins Fire, Pure y Rise. Cuando empecé a verla, no me gustaba. No tenía ni idea de lo que estaba viendo, ni de si quería seguir. Me costó varios meses ver la primera temporada. Y sí la vi, fue por Cassie. Pero el caso es que la vi. Y lo dejé ahí. Me gustó, pero no sabía si lo suficiente como para pasar a la segunda. Como para seguir adelante. Y, meses después, me decidí a seguir con ella. Me vi la segunda temporada en poco más de una semana. Y, de esas dos temporadas, me quedo con frases como "Do you know what hurts the most about a broken heart? Not being able to remember what you feel before. Try to keep that feeling, because if it goes, you'll never take it back again"; "I had everything I wanted, and I lost it all. But I'm going to take it all back, piece by piece"; "It's kinda easy when you got nothing because nothing can be taken away from you. But I don't want nothing anymore."; "The people I should love, I hate, and the people I hate..."; "Fuck it, for Chris". Pero, si tengo que elegir, no dudo en quedarme con la tercera y la cuarta temporada, que aunque esta generación sea la más 'oscura' de todas, es la que más me ha hecho emocionarme en todos los sentidos. La adorabilidad de JJ, la inocencia de Thomas y Pandora, el "I'm Katie fucking Fitch, who the fuck are you" de Katie, Naomily... Pero sin lugar a dudas yo prefiero a Cook, Freddie y Effy, y todo ese cambio de emociones que provocan continuamente. "It's not about the destination, it's about the journey", "it's you and me babe, it's always gonna be you and me", "I though we were happy, too fucking happy", "the first time I saw you, I knew you would be the closest I get to being close... I didn't know what to do with that feeling, happiness", "too pretty for you own good, that's why you destroy everything you touch", "She broke my heart".... y, aunque la segunda generación fuese mi preferida, no queda atrás la tercera, en la cual muestra de forma más actual los mismos valores que en las anteriores. Yo me quedo, sobre todo, con Mini y Alo, y con Rich y Grace. Y esas frases como "That's what happens, you adapt don't you? You look at what change, and you find a way to own it"; "Sometimes I do things I know I shouldn't, but I do them anyway, and it's like fuck! Why do I do them?"; "Maybe stories are just stories, or maybe, we can make our life a story".

No me juzguéis, sé que me dejo grandes series por el camino, series que he visto, como Perdidos, Orphan Black, PLL, TVD, American Horror Story, Glee, Prison Break, Revenge, Breaking Bad, Twisted, la chica invisible, The Gates, Juego de Tronos, Glue, Arrow, los 4400, 906090, entre otras, y otras cuantas que tengo pendientes, como Orange is the New Black, Los Soprano, y muchas otras producidas por la gran HBO.
Pero me quedo con estas, que me aportan los cuatro bloques que considero imprescindibles: el ánimo y la fortaleza para seguir adelante en los malos momentos, la confianza en uno mismo, el amor, y la amistad, y el hecho de dejar a un lado los juicios preestablecidos sobre las personas. Cada uno de nosotros somos como somos por diversas razones. Todos tenemos detrás una historia. No juzguemos a nadie si no conocemos la suya.
Si habéis llegado a leer hasta aquí, agradecería que compartieseis conmigo, en cualquier momento, sin que yo lo sepa, cuáles son las que os han cambiado un poco, o aquellas que forman parte de vosotros. Hasta entonces, aquí os dejo algunos pedacitos de mí. Cuidadlos bien.

jueves, 6 de noviembre de 2014

Cuenta conmigo.

Una sonrisa a destiempo. Un por qué sin respuesta. Un pero que no pierda esperanza. Que no te pierda. A ti. Un motivo que no motiva, o una mano que no acaricia, pero araña. Un sin ti, pero contigo.  Un invierno de sol. Un sol de baila conmigo. De no me sueltes. Estírame. Agárrame. Una carta sin remitente, pero con sello y fecha de aquel día que nos perdimos. Un café con limón, o un quédate. Aquí. Una excusa que diga la verdad, o una playa desierta. Un beso con sabor a hoy eres mío. Pero aún no lo sabes. Aún no te lo digo. Un cuento en el que la princesa, sea quien salve al príncipe. Un día a oscuras, o una noche a luces. A ti, que me haces niña. A ti, que te hago adulto. Las cuentas que no salen, o el dos más dos que inventaste. Que a veces sale tres. Borra la ecuación, empiézala de cero. Empieza con un "Érase una vez". Termínala conmigo. Las letras que escribí. El mensaje en una botella en la arena. Álex Ubago cantándole a la alegría. Un día que no acabe, u otro que nunca empiece. Una caricia que no acabe en cicatriz. Un poema en el que no me quieras. La mentira que amaba a la verdad, y nunca la tenía. El que corre, el que es preso. Ven, que te apreso. ´Hazme reír. El que se esconde. El sin más de un punto y final. El que dijo lo que sentía y no lo que pensaba. Y yo, que cuento los días. Cuenta tú conmigo.

martes, 4 de noviembre de 2014

Cada momento tiene que ser especial.

Me encantan los relojes. Así de simple, así de sencillo. Me vuelven loca. De todos tipos, de todas las maneras. De cualquier color, de cualquier tamaño. No tiene tanta importancia su correa, sea metálica o de cuero, o la forma de sus números. Sólo es un reloj. Pero su cometido me obsesiona. Marcar el tiempo. El tiempo. Ese que desperdiciamos, malgastamos, que cogemos entre nuestras manos y lo retorcemos, lo estiramos, lo destrozamos y pisoteamos. Ese mismo, sé que sabes de qué estoy hablando. Marcan los segundos, los minutos, las horas. Todos los días. Incluso te remarcan la fecha. Y no los miramos. No sé para qué los llevamos, sino es para recordarnos el valor de cada instante, porque cada vez que la manecilla se desliza, traicionera, sobre la superficie, perdemos ese momento para siempre. Y aún así los seguimos perdiendo. He visto a gente que se ha acomodado en su rutina. Levantarte, desayunar, ir a clase/ trabajo, volver a casa. Dormir. De vez en cuando salir. De vez en cuando disfrutar de otras compañías. Pero siempre planificado. Los días entre semana son para una cosa. Los fines de semana para otra. Y vuelta a empezar. Y así eternamente. De forma constante. Somos increíblemente aburridos. ¿De verdad creemos que esto es vivir? Con razón nos quejamos. Así nunca ocurrirá nada extraordinario. Nada apasionante. Nada que nos haga ser tan felices que nos estremezca por dentro la simple idea de que esa, ESA, sea tu vida. ¿Cuántas veces hemos dicho "si tuviera más tiempo haría esto", "cómo me arrepiento de lo otro", "me falta tiempo"?... ¿Por qué no cambiamos eso? ¿Por qué no sacas tiempo para hacer esas cosas? Leí hará unas semanas una frase que me llamó mucho la atención: "Hay siete días en una semana, y 'algún día' no está entre ellos". Y qué cierto. Y qué razón. Vamos a dejar de complicarnos la vida. Vamos a sacar tiempo para todo. Vamos a pasar más tiempo con la familia, a hacer reír más a los amigos, a organizar tu habitación, a tener tiempo para ti, a tener tiempo para salir a correr, a luchar por lo que queremos, a querer a quienes queramos. Vamos a ser sinceros. Vamos a hacer lo que necesitamos hacer. Vamos a hacer sencillos los días. Vamos a ser quienes realmente somos. Vamos a ser nosotros.
No sé, creo que las cosas no son tan complicadas. Que si quieres algo, sólo tienes que ir a por ello. Que si necesitas la ayuda de alguien sólo tienes que pedírsela. Que en esta vida siempre pierde el que calla y asume. Y luego se lamenta del tiempo que perdió al no hacer lo que querría haber hecho.
No dejéis que el tiempo os alcance, os consuma, os pierda. Cada día es irrepetible. Cada hora que malgastas es una hora que nunca vas a recuperar. ¿De verdad quieres arrepentirte de no haber sacado tiempo para hacer las cosas que necesitabas hacer?
Por eso siempre llevo un reloj. Como recordatorio. Que no tengo tiempo que perder. Que cada minuto cuenta. Por eso, dicen que quien gasta tu tiempo contigo te está dando lo único que jamás podrá recuperar. Ten un poco de valor y utiliza el tuyo de tal forma que el día de mañana no puedas arrepentirte de nada. No lo dejes pasar.
Y es que, como canta mi Leiva " Cada momento tiene que ser especial".