viernes, 23 de agosto de 2013

Éramos cómo el ying y el yang,

Sólo que intercambiando los papeles según el día. Éramos un lunes y un sábado, mezclando los días entre ellos según nuestro estado de humor. Éramos cómo un día de sol y otro de lluvia, sólo que sin llegar nunca a ser un día nublado. Éramos nosotras. Era cómo un equilibrio perverso en el que una mano amiga sujeta a la otra para que no se caiga. Porque con el tiempo te has ido convirtiendo en eso. En una gran amiga. En una hermana.