viernes, 1 de abril de 2011

-Esta es la sala de juegos, seguramente estarán aquí.
Abrió una puerta y me encontré ante una enorme sala pintada de multitud de colores y llena de sofás, teles, videoconsolas última generación, había dos neveras y millones de cosas más.
En uno de los sofás estaban sentadas Beatriz y Amalia.
-Hola chicas.-Saludó Eric.-Mirad quien nos acompaña hoy.
Ambas alzaron la vista y me sonrieron.
-¡Carina!, que alegría que hayas venido, es fantástico.-Exclamó Beatriz mientras me daba un abrazo.
-Sí, fantástico Bettie.
-¿Qué?, ya no tienes esos aires de superioridad ¿eh?-Dijo Amalia casi sin mirarme.
-Déjala Amy, debe de estar muy confusa, recuerda cuando llegaste tú a Shiny.
¿Shiny?
-¿Qué es Shiny?-Pregunté.
Amalia sonrió con superioridad.
-Esto es Shiny.-Aclaró Bettie.-Es lo intermedio entre la vida o la muerte. Nosotros somos los no muertos, o como nos llamamos nosotros, los Dioses.
¿Dioses? A Bettie se le ha ido la pinza.
-No te preocupes Carina, todo es más sencillo de lo que parece.
¡Uy, sí, ya!, ¡Sencillísimo! Pasamos de vivos a no muertos. Genial, chachi piruli.
-Pero si vivimos aquí, ¿cómo es que vais al instituto con los vivos?-Pregunté, sumamente aturdida.
-Eso solo lo hacemos cuando tenemos que ir a buscar a alguno de vosotros. Amalia vino a buscarme a mí, y nosotras y Carlos a ti. Ahora mismo, para todos los vivos, hemos muerto de gripe A.-Dijo Beatriz.-Y como por fin eres uno de nosotros, nos premiarán  subiendo un escalón.
-¿Un escalón?, ¿que pintan las escaleras en esto de los no muertos que van al instituto?-Pregunté.
Amalia empezó a reírse.
Bettie se retorció un mechón de pelo con los dedos mientras pensaba como explicármelo.
-Subir un escalón es una metáfora, me refiero a que nos convertimos en Dioses de mayor categoría, y se preparan para agruparnos.-Intentó aclarar.- Ahora me preguntarás ¿agruparnos? Sí, agruparnos, cada uno de nosotros tiene unas cualidades distintas. En el mundo de los vivos a uno se le da bien dibujar, a otro cantar, a otro jugar al baloncesto… aquí es igual, unos reunimos cualidades de brujas y brujos, otros de vampiros, otros de fantasmas… cada uno reúne cualidades para un grupo, pero solo se ven esas cualidades cuando realizas alguna misión para La Espiral, que son el gobierno de los Dioses. La Espiral nos ordenó que te trajéramos, y ahora que ya estás aquí, observarán nuevas cualidades en nosotros.
-Vaya… Esto es demasiado complicado.
-No tanto.-Me contradijo Eric.-Te debes quedar con que eres una Diosa, vives en Shiny, y cuando La Espiral te mande alguna misión, has de cumplirla para convertirte en algo… especial.
Todo me sonaba a película de miedo barata. Y yo odiaba las películas de miedo.
Me senté en el sofá, aturdida, intentando dejar la mente en blanco.
No lo conseguí.
Mientras intentaba concentrarme en la película que Amalia y Beatriz estaban viendo, llegó Carlos con dos botellas de refrescos de cola.
-¿Queréis?-Preguntó, entonces me vio.- ¡Carina!, por fin estás aquí, La Espiral nos va a ascender… ¿Cuánto tiempo llevas aquí?
-Unos cinco minutos.-Contesté.-Y despierta unos veinte.
Aquello alarmó a los tres.
-¡Eric!, debiste decirnos que lleva tan poco tiempo despierta, necesita dormir.-Riñó Bettie.
-Lo siento, lo olvidé, ahora vuelvo.-Se excusó.
-No tengo sueño.-Protesté.- y son las siete de la tarde, ya no tengo cinco años, me voy a dormir más tarde.
Amalia se volvió hacia mí.
-Deja de protestar, niñita, eres nueva y debes descansar hasta que se te ordene lo contrario.-Dijo.
Eric llegó entonces, con una botella igual que la del refresco de cola, solo que ésta tenía un líquido verde que ya me era conocido.
-¡Oh, no!, si me pensáis que voy a volver a beberme eso vais listos.-Anuncié haciendo una mueca.
Haciendo caso omiso de lo que decía, Eric cogió un vasito y lo llenó de la sustancia (no tiene derecho a llamarse bebida) verde hasta los bordes antes de tendérmelo.
-Sabe asqueroso, no me lo pienso volver a beber.-Comenté poniendo cara de asco.
-Lo sabemos, todos hemos tenido que bebérnoslo, y cuando vamos al  mundo de los humanos, todos los días un tazón hasta arriba para desayunar.-Me dijo Carlos.
Hice una mueca.
-Me lo bebo si me decís qué es y que lleva.-Suspiré.
-Está bien.-Cedió Bettie.-Se llama almar, y lleva agua y una fuerte dosis de vida.
-¿Cómo que una fuerte dosis de vida?-Pregunté aturdida.
Bettie suspiró, y entonces supe que se avecinaba otra larga explicación.
-Cuando estás vivo, tienes alma, ¿cierto?, pero cuando mueres tú alma desaparece, en cambio, cuando eres un Dios, tú alma se transforma en aura, y cuando eres nuevo en Shiny, o hay que bajar al mundo de los vivos, necesitas que tu alma vuelva a ser alma, entonces tomamos el almar, que hace que tu alma deje de ser aura para volver a ser alma.
-¿Lo que sabe tan mal es la dosis de vida?-Pregunté.
-Exacto, cuando estás vivo, todo lo de tu alrededor son dosis de vida, el aire, el mar, la tierra… todo, cualquier cosa, pero cuando dejas de estar vivo, tu cuerpo no quiere recibir de nuevo las dosis de vida, que se supone que al morir has perdido, y que no deberías recuperar.
-Entonces… Si a un vivo le das almar… ¿le gustaría?
-No exactamente… es que no le sabría  a nada, como si tragase aire.
Parpadeé un par de veces, confusa y aturdida, con el vasito de almar entre las manos.
-Bebe.-Me dijo Carlos.
Intentando no oler el asqueroso contenido, me lo acerqué a los labios y di un largo trago… hasta acabármelo.
-¡¡¡Puajj!!! Sabe a un peor de  lo que recordaba.-Lamenté.
Me miraron, esperando que cayese dormida instantáneamente.
Sucedió diez segundos después de haber hablado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario