viernes, 29 de abril de 2011

CAPÍTULO 5.

Por los pasillos me encontré con Beatriz, y le conté lo del cine.
-¡Estás loca!-Exclamó mientras reía.-Nadie le ha plantado nunca cara a Rubí.
-Pues es muy sencillo hacerlo.-Dije mientras me encogía de hombros.
En ese momento, nos cruzamos por los pasillos con la chica en cuestión, que estaba sentada en un banco, abrazada a Eric.
-¿Cuánto llevan saliendo?-Pregunté.
-El martes que viene hacen siete meses.-Contestó Bettie.-Rubí ha dicho a todo Shiny que no salgamos a los jardines, al parecer van a hacer una cena romántica en los jardines, incluso va a alquilar a una banda de violines para que toquen.
-¡Qué exageración! -Comenté tranquilamente, aunque realmente debía admitir que estaba muy celosa.
Bajamos a los jardines, (eran una preciosidad, hay que admitirlo), donde estaban Amalia y Carlos hablando.
Nos sentamos con ellos en el césped.
-Carina le ha plantado cara a Rubí.-Anunció Beatriz sonriendo.
Amalia abrió mucho los ojos, al igual que Carlos.
Bettie empezó a contar lo que había pasado en clase.
-Hola.-Dijo una voz.
No me hizo falta darme la vuelta para saber que era Eric.
-Carina, me he encontrado con Liuna y me ha dicho que vayas a su despacho, ¿te acompaño?-Preguntó mientras el corazón me daba un vuelco.
-No te molestes, puedes ir con tus amiguitos.-Contesté mientras me levantaba y sacudía los trozos de hierba del pantalón.
-Te acompaño.-Afirmó.-Ahora volvemos chicos.
De mala gana le seguí por los jardines hasta entrar en el edificio.
-¿Te ha gustado la clase?-Preguntó mientras andábamos.
-Sí, muy interesante.-Contesté.
Se empezó a retorcer las manos, nervioso, mientras subíamos unas escaleras.
-¿Qué te ha parecido Rubí?-Preguntó entonces.
-¡Oh!, muy… maja.-Mentí.-Hacéis buena pareja.
-Sí, ya…-Murmuró.
Entonces me di cuenta de que no íbamos al despacho de Liuna.
-¿A dónde vamos, Eric?, soy nueva, pero no tonta, por aquí no se va al despacho de Liuna.
-Lo sé, quería enseñarte una cosa.
Abrió una puerta, y entró en su habitación.
Instantes después salió con un enorme ramo de flores, y un colgante.
-¿Crees que le gustará a Rubí?, el domingo es nuestro aniversario.
Observé el ramo de rosas blancas y el hermoso colgante de plata de ley  del que colgaba un corazón con los nombres de ambos grabados en el dorso.
-Le encantará.-Afirmé, con el corazón rompiéndoseme en pedacitos.
Eric sonrió mientras entraba a su habitación para guardarlo todo de nuevo.
Me apoyé en la pared mientras esperaba a que saliera.
¡Qué tonta era!, Eric quería muchísimo a Rubí, y de ella no se podía decir menos.
Me tragué mis lágrimas, mientras Eric aparecía de nuevo, cerrando la puerta tras de sí.
-Cierra los ojos.-Me dijo.
Un poco aturdida, hice lo que me pedía. Entonces noté su mano sobre mi cabello durante unos instantes.
-Ya.
Abrí los ojos de nuevo y pasé la mano por la zona del cabello que acababa de tocar, y entre mis dedos apareció una rosa roja.
-¿Es para mí?-Pregunté, incrédula.
-Claro.
Acaricié los pétalos con un dedo mientras miraba la rosa.
Cuando alcé la vista para agradecérselo, él me había cogido de la mano, y estiraba de ella para que le siguiese.
Corrí tras él, riendo tontamente.
Cuando nos detuvimos estábamos frente a una cristalera con vistas a los jardines.
-Gracias por la flor.-Le dije.
-Gracias por aceptarla.-Se encogió de hombros.
Se acercó a la cristalera, observando los jardines repletos de gente.
Me acerqué tímidamente, con los ojos aún puestos en la rosa que sostenía entre los dedos.
-¿Qué te parece Shiny?-Preguntó sin mirarme.
-Es… diferente. Todo parece más bonito, incluso la gente es más guapa.
Él ladeó la cabeza, haciéndome sonreír.
-Volvamos.-Dijo con voz repentinamente ronca.
Di media vuelta y empezamos a bajar las escaleras en silencio.
-Yo me quedo aquí.-Dije.-Mi habitación no queda lejos.
Él se detuvo. Estábamos los dos junto a las escaleras, mirándonos fijamente uno frente a otro.
Eric se acercó a mí, cogió uno de mis mechones de pelo y lo puso tras mi oreja.
-¡Eric!-El grito resonó por el pasillo vacío.
Eric y yo dimos media vuelta para ver quien le llamaba.
De la nada salía Rubí con cara de mal humor.
-Llevo un rato buscándote, y ahora que te encuentro estás con…-Me miró, muy furiosa.-Con esa.
Eric me empujó suavemente hacia atrás.
-Iba a buscarte ahora, Rubí, además, ella ya se iba.
Di media vuelta para marcharme, esa bronca de enamorados no me involucraba en absoluto.

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