miércoles, 17 de septiembre de 2014

Stay

Pues eso. Que te quedes.
Que no des más pasos, que me canso de ver tu camino.
Que me canso de tenerte cuando quiero;
que no quiero no perderme si eres quien me encuentra.


Quien me cuenta las verdades a medias,
porque yo me dejo llevar en eso que queda entre líneas
para decirte, que si me guías sé esconderme bien,
qué lejos quedas, aún cuando te tengo al lado.

No me resisto a que destroces las aceras,
que las he pisado más veces que la luna
porque sólo a oscuras muestro mi cara buena,
que una mala, ya la tiene cualquiera.

Que yo sé de eso que susurras cuando hablas a gritos,
cuando muerdes el silencio, clavando los dientes,
arriesgando con ello todo lo que no te queda.
No fracases apuntando lejos,
a mí siempre llévame a volar alto,
que para tocar el suelo ya habrá tiempo.

El café de los lunes, quien me hace enarcar las cejas
un martes
quien me enfurece los miércoles,
quien hace que saque las garras los jueves,
para acabar haciéndome reír cada viernes que vuela
y antes de abrir los ojos, ya eres calma.


Subrayas mi nombre en un papel en blanco.
Y me da igual. Pero sigue haciéndolo.
Y te hago mirarme cuando no quieres.
Oblígame a repetir tu nombre,
cuando te hablo bajito,
para que no escuches que digo
que a cada paso del camino, te quiero conmigo.

Y estás anclado a lo que pienso,
y estoy cerrada a lo que quieres,
y estás negando lo que eres,
sólo por ser cuando yo te miro.

Sigue andando,
que yo no sé si sigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario