Y ahí se van a quedar para siempre, jamás se irán.
Tal vez ese primer beso, el sonido de su risa, el estreno de una película que hace siglos que querías ver, un buen consejo de una persona que aprecias, una noche de verano en la playa, el olor de la primavera, el vestido azul que me hacía parecer una princesa, que te callen con un beso, que te abracen cuando más lo necesites, entenderte con tu mejor amiga sin necesidad de palabras, comer más azúcar del debido pero no sentirte culpable por ello, escuchar esa canción especial, que te susurren al oído “te quiero tal y como eres”.
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