viernes, 1 de noviembre de 2013

Donde hay un luchador hay un ganador

A veces estamos tan concentrados en las pequeñas cosas malas que nos rodean que nos perdemos las mil y una maravillosas que hay a nuestro alrededor. Tendemos a desaprovechar las oportunidades, a dejar que la gente a la que queremos se vaya sin explicaciones, a tener miedo de luchar por nosotros mismos, a dar la cara, a seguir adelante. Dejamos a un lado las cosas que nos hacen sentir vivos para concentrarnos en aquellas que nos matan poco a poco. Pero la gracia está en que la vida, de vez en cuando, te deja señales para que abras los ojos. Y se trata de que las veamos y reaccionemos, de que pensemos, de que veamos quienes hemos sido, quienes somos y en quienes nos vamos a convertir. Tenemos que alejarnos de esas cosas que nos apagan día a día y buscar las oportunidades en los momentos cotidianos. Tenemos que rodearnos de gente que nos haga perder el miedo, el frío, la tristeza, las malas costumbres... que nos hagan perderlo todo excepto la sonrisa y esas ganas irremediables de seguir creciendo. Tenemos que proteger nuestros sueños y luchar por ellos, y seguir adelante, y no tener miedo a caer, tenemos que levantarnos y no dar un paso atrás ni para coger impulso. Sólo tenemos que mirar hacia delante, hacia lo que viene. No te concentres en vivir en el pasado, porque la mente juega con nosotros para que sólo recordemos las cosas buenas, y pensemos que aquellos tiempos eran mejores que los que están por venir. Y, te prometo, que lo que vendrá supera con creces lo que ya ha pasado. No tienes que perder las ganas, porque con ellas, todo se puede. No hay que perder la confianza y habrá que intentarlo mil veces hasta que lo consigas. No permites que te digan que no puedes hacer algo, que uses el sentido común, que es una locura. Porque la vida en sí es una locura que vivimos constantemente, y eso no la hace menos real. Puedes ser quien tú quieras, y cuando tú quieras. Tienes que sacar algo bueno de cada día, porque una vez haya pasado, ya no va a volver. No te preocupes por las cosas que no tienen solución, ni llores porque algo haya acabado. Todo lo que tenga que ser, tarde o temprano, acabará siendo. No te rindas. Porque quien nunca se ha caído es porque nunca se ha levantado. Quien nunca ha fallado es porque nunca lo ha intentado. Y quien nunca ha conseguido algo, es porque nunca ha luchado. Y es que todos tenemos dentro un pequeño luchador. Y donde hay un luchador, hay un ganador. Así que no pierdas la sonrisa y sigue intentándolo, porque lo importante de esta vida no es el destino, sino el viaje que lleve a él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario